martes, 12 de junio de 2018

Correspondencia de Ruthie Maddison, 02. Carta para Katz Prichard y respuesta.


Verano del año 28 tras la apertura del Portal Oscuro.


Las horas pasaban y Ruthie seguía sintiéndose perder el tiempo debido a la herida que le impedía transcribir, tenía cosas pendiente para los Prichard y no dejaba de pensar en ello. Ya era capaz de escribir, pero se cansaba rápido, por lo que había vuelto a una rutina de trabajo algo más reducida. Esa tarde, sin embargo, sus letras fueron destinadas a otro fin.


Katz, el hijo mayor de la familia, aquél que le dio la dirección en la que encontró su labor, le dijo que quería hablar con ella el día que recibió el correo para el ex-granjero. Aún no se habían citado y la muchacha era incapaz de quitárselo de la cabeza, por no hablar de que no estaba en sus pensamientos ir a Villadorada a verle, pues era donde sabía que trabajaba Ivano. La castaña fue formal y concisa con sus palabras:


Salud, Katz Prichard.


Fue tan solo hace unos días cuando me dijo que quería hablar conmigo, sin embargo lamento tener que decir que no sé cuánto tiempo estaré sin visitar Villadorada. Supongo que algo se habrá oído ya; recibí un violento ataque por parte de cuatro bandidos del que salí bastante mal parada y, entre eso y otros motivos personales, mucho me temo que no volveré a pisar Villadorada en un buen tiempo.


Si es algo importante me veré en el compromiso de viajar hasta allí en cuanto me recupere lo suficiente, de lo contrario lo más fácil sería vernos en Villa Azora.


Espera su respuesta:


Ruthie Maddison.


Tuvo la precaución de poner la nota en circulación esa misma tarde y hubo suerte de que aún quedaba algún mensajero que debía ir a Villadorada, por lo que la notificación llegó a manos de su destinatario ese mismo día. Y a la mañana siguiente la gilneana ya tenía respuesta:


Estimada Ruthie.


Me apena sobremanera el enterarme de tu estado por este medio, aunque agradezco que hayas tenido el detalle de informarme. Si bien tengo mil preguntas respecto a tu estado creo que pueden esperar a que las formule en persona cuando me dirija a Azora para reunirme contigo pues dudo que puedas responder todas en una carta. Te adelanto que el motivo de la charla no debe alarmarte, sencillamente hay una serie de cosas que me preocuparon cuando te vi aquel día y quisiera tratar en la medida de lo posible contigo, buscando cuidar tanto por el bienestar de la relación entre nuestras familias como el tuyo propio.


Sin derrochar más tinta dejo en las manos del tiempo nuestra reunión esperando que él mismo te ayude a recuperarte.


A tu disposición:


Katz Prichard.


A la joven no le sorprendía ni molestaba la confianza con la que le hablaba aquella familia, desde luego. Aquella tarde decidió ir a casa de sus empleadores en Villa Azora, donde se forzó a seguir el trabajo por una hora más de lo que estaba completando aquella temporada. Por la noche se arrepintió, pues le dolía el brazo, pero al menos fue capaz de adelantar algo de lo que tenía atrasado y de citarse con el primogénito en un futuro próximo.