Primavera del año 28 tras la apertura del Portal Oscuro.
Era media mañana y Ruthie había decidido aprovechar el buen tiempo de la primavera. Retomaba el camino a la villa tras haber ido a comprar tinta al mágico barrio de Ventormenta y cruzaba uno de los puentes de la ciudad que separaba esa zona de la del mercado, cuando vio a su amigo alteraquí sentado sobre el pasamanos de piedra con las piernas colgando hacia el agua. Se acercó a él por la espalda en silencio. Su intención era no sobresaltarle, pero no pensó que, de ir con tal sigilo, habría sido más fácil hacerle dar un respingo por verla de repente junto a él. Por suerte, el enorme rubio la había escuchado aproximándose.