Primavera
del año 28 tras la apertura del Portal Oscuro.
La
joven paseaba por las afueras del barrio de los magos de Ventormenta.
De camino al mercado había visto una tienda que le interesaba, y
cuando la encontró entró en ella para salir pocos minutos después
con un libro en blanco y tinta, a falta de de las plumas
estilográficas que tenían en Gilneas. Le resultaron demasiado caras
como para poder permitirse una con el poco dinero que tenía, el
cual, por supuesto, había robado.
Su
intención era volver a aquel lugar en el que se había bañado el
día anterior, pero el plan se le truncó desde las altas pasarelas
de la ciudad, pues ya desde allí se podía ver a lo lejos que había
un pequeño grupo de personas pescando. Afortunadamente aquel lago
era lo suficientemente grande como para poder sentarse en otro sitio
igual de íntimo para estrenar su segundo diario.